Yo no tenía muchas ganas de ir.
Vaya, en la foto del messenger se veía buenón y todo, pero él tomó la salida a tomar un café como primera cita y yo, la verdad, como una oportunidad para no estar en mi casa.
Pero como mi amigo José Luis me dijo desde que me pidió que aceptara a Gerry en el EmeEseEne que lo conociera, que lo tratara y no me adelantara a las cosas, entonces acepté como una oportunidad de conocer a gente nueva.
Llegué al café 5 minutos antes de la hora prevista, y él llegó 20 minutos después y aunque pasó enfrente de mí, no me reconoció: desde ahí la cosa pintaba mal.
Y para colmo, ése Gerry no concordaba mucho con el que se veía en foto: en vivo está FLACO, no con toda la carne que mi cochina mente imaginaba que tenía. Los ojos muy grandotes y las pestañotas largas se veían desproporcionados para la cara chupada y la nariz recién operada, y a pesar de ser 8 cm. más alto que yo, no lo parece. Eso sí, es más peludo en vivo que en la foto.
Se siguió de largo y tuve que ir a alcanzarlo. Ni siquiera se disculpó por llegar tarde (aunque después me dijo que él siempre es puntual, "pero como todo mundo llega tarde, ésta vez lo hice") y pasamos al café. Con todo y el frío que hacía, él pidió un té helado, yo un moka, y nos dispusimos a platicar largo y tendido. O al menos eso pretendía, pero él se la pasó hablando de sus novios: Que duró tres semanas con uno que lo botó por que EL TAMAÑO SI IMPORTA (¡verídico!), que un novio antes le entraba a la mota y por eso tronaron, y uno más antes lo humillaba y lo trataba como al gato, pero no tronaron por eso, si no por que él se fue a vivir a Pachuca. Y hoy amaneció con un especial odio por los tres.
Mientras tanto, entre línea y línea me dirigía la mirada # 24 y una insinuación, o un comentario con doble intención. La verdad es que yo me hice muy pato para no responderle, pues iba en ánimo jodón y a cada comentario que hacía se me ocurría una manera de regresárselo o de cargarle pila, pero no iba por ahí la cosa. Dirían por ahí, no intento quemar todos mis cartuchos en una sola vez.
Pero me estaba aburriendo. Hablaba y hablaba y yo no tenía algo que realmente me causara inquietud por saber o por platicarle. Ocasionalmente le decía algún comentario (sobre todo relacionado al odio contra el ex que lo hizo mierda) pero nada de profundidad.
Planeaba mi graciosa huida y entonces el milagro sucedió: Una amiga de la secundaria estaba sentada a un lado de nosotros, y nos vimos sin querer. Ella se paró a saludarme y además de que me dio mucho gusto verla, me hizo el favor de cortarle el ritmo a Gerry, que empezó a sentirse mal de la garganta (después de hora y media de hablar y un té helado a las 9 de la noche de un día lluvioso, quién no). No aprovechar todas esas oportunidades sería pecado y le dije que había quedado de estar temprano en mi casa (cosa cierta) y que si el se sentía mal, lo mejor era que nos fuéramos (que también era cierta, pero fue realmente una gran excusa). Salimos del café y como los dos vivimos relativamente cerca, nos fuimos caminando hasta donde cada quien tomaba su rumbo, y nos despedimos. Él pretendía que yo llegara a conectarme para "seguir platicando" pero yo estaba seguro de que mi hermano iba a utilizar internet para cuando yo llegara a la casa (además ya me tenía harto), así que lo dejamos para otro día.
De ese modo, terminó la nochecita del miércoles y yo me quedé muy convencido de dos cosas: De que por algo no tengo novio, y de que mi caso no está tan mal.
Hay peores, y muy peores, que el mío.
Saludos.
Oyendo: Guillotina - Pierdo el aire
Vaya, en la foto del messenger se veía buenón y todo, pero él tomó la salida a tomar un café como primera cita y yo, la verdad, como una oportunidad para no estar en mi casa.
Pero como mi amigo José Luis me dijo desde que me pidió que aceptara a Gerry en el EmeEseEne que lo conociera, que lo tratara y no me adelantara a las cosas, entonces acepté como una oportunidad de conocer a gente nueva.
Llegué al café 5 minutos antes de la hora prevista, y él llegó 20 minutos después y aunque pasó enfrente de mí, no me reconoció: desde ahí la cosa pintaba mal.
Y para colmo, ése Gerry no concordaba mucho con el que se veía en foto: en vivo está FLACO, no con toda la carne que mi cochina mente imaginaba que tenía. Los ojos muy grandotes y las pestañotas largas se veían desproporcionados para la cara chupada y la nariz recién operada, y a pesar de ser 8 cm. más alto que yo, no lo parece. Eso sí, es más peludo en vivo que en la foto.
Se siguió de largo y tuve que ir a alcanzarlo. Ni siquiera se disculpó por llegar tarde (aunque después me dijo que él siempre es puntual, "pero como todo mundo llega tarde, ésta vez lo hice") y pasamos al café. Con todo y el frío que hacía, él pidió un té helado, yo un moka, y nos dispusimos a platicar largo y tendido. O al menos eso pretendía, pero él se la pasó hablando de sus novios: Que duró tres semanas con uno que lo botó por que EL TAMAÑO SI IMPORTA (¡verídico!), que un novio antes le entraba a la mota y por eso tronaron, y uno más antes lo humillaba y lo trataba como al gato, pero no tronaron por eso, si no por que él se fue a vivir a Pachuca. Y hoy amaneció con un especial odio por los tres.
Mientras tanto, entre línea y línea me dirigía la mirada # 24 y una insinuación, o un comentario con doble intención. La verdad es que yo me hice muy pato para no responderle, pues iba en ánimo jodón y a cada comentario que hacía se me ocurría una manera de regresárselo o de cargarle pila, pero no iba por ahí la cosa. Dirían por ahí, no intento quemar todos mis cartuchos en una sola vez.
Pero me estaba aburriendo. Hablaba y hablaba y yo no tenía algo que realmente me causara inquietud por saber o por platicarle. Ocasionalmente le decía algún comentario (sobre todo relacionado al odio contra el ex que lo hizo mierda) pero nada de profundidad.
Planeaba mi graciosa huida y entonces el milagro sucedió: Una amiga de la secundaria estaba sentada a un lado de nosotros, y nos vimos sin querer. Ella se paró a saludarme y además de que me dio mucho gusto verla, me hizo el favor de cortarle el ritmo a Gerry, que empezó a sentirse mal de la garganta (después de hora y media de hablar y un té helado a las 9 de la noche de un día lluvioso, quién no). No aprovechar todas esas oportunidades sería pecado y le dije que había quedado de estar temprano en mi casa (cosa cierta) y que si el se sentía mal, lo mejor era que nos fuéramos (que también era cierta, pero fue realmente una gran excusa). Salimos del café y como los dos vivimos relativamente cerca, nos fuimos caminando hasta donde cada quien tomaba su rumbo, y nos despedimos. Él pretendía que yo llegara a conectarme para "seguir platicando" pero yo estaba seguro de que mi hermano iba a utilizar internet para cuando yo llegara a la casa (además ya me tenía harto), así que lo dejamos para otro día.
De ese modo, terminó la nochecita del miércoles y yo me quedé muy convencido de dos cosas: De que por algo no tengo novio, y de que mi caso no está tan mal.
Hay peores, y muy peores, que el mío.
Saludos.
Oyendo: Guillotina - Pierdo el aire
Comentarios
Me gusta tu estilo, by the way