Ir al contenido principal

'Felicidades Toño' escrito con chocolate

No es secreto que trabajo mucho. Me gusta mi trabajo, sí, pero también me gusta salir de la oficina antes de las 9 de la noche para llegar a ponerme mi pijama y vivir un rato. Aún así, no tengo muchas opciones cuando tenemos trabajo atrasado y trabajo entrante que de a poco se va convirtiendo en atrasado.

Trabajando 12 horas dentro de una oficina, tu equipo de trabajo se puede volver dos cosas: O tu segunda familia o tus peores enemigos. No hay punto medio: la convivencia diaria (a veces más tiempo que con tu propia familia) te va haciendo forjar relaciones muy fuertes o aversiones todavía más fuertes. Incluso puedes tener las dos al mismo tiempo.

Yo, por ejemplo, tengo ya una suerte de familia disfuncional de esas que todos tenemos: Mamá regañona, papá conciliador, hermana mayor en su rollo, hermano menor molestable, tío barco, primos lejanos con los que hablas de vez en cuando y el amigo de la familia que te cae gordo. Y con todo, sobrevivimos y nos saludamos por las mañanas.

Y ésa familia, ésos chicos que sufren con uno horas sin salir al sol, ésos papás, hermanos, primos, tíos y amigo, a mi 'hermana mayor' y a mí nos festejaron nuestro cumpleaños hace dos días.

"No se nos había pasado, Toñito, sólo que no habíamos podido", me dijo Luis, mi amigo-programador-hermanito y en realidad no me importa: Básicamente me acostumbré a que mis cumpleaños no tenían nada de especial hasta hace unos dos años, y en la oficina nunca lo había celebrado. Pero ésta ocasión me hicieron sentir especial: Las dos horas de la comida las ocuparon para ir a buscar los pasteles (que fue una odisea, según tengo entendido) previo acuerdo vía mail (23 correos para confirmar que todos estaban de acuerdo para darnos la sorpresa), y el engaño de Liz, la jefa-mamá que nos sacó a la cafetería a discutir 'nuestros cursos' y como no salían los demás de la oficina se le iba agotando la plática.

Pasteles de nuez y de vainilla sin platos y acompañados del café cargado de la oficina. Una palita y mi cuchillo de la comida (previamente lavado) para cortar las tajadas de pastel y las primeras mañanitas que me cantan en una oficina. Las acostumbradas palabras de los festejados y veinte minutos para comer pastel y regresar a trabajar. Grass, la analista-hermana y yo, rojos de pena de la molestia que se tomaron para festejarnos y de la vergüenza de haber caído en un engaño tan simple.

Mi primer cumpleaños de oficina.

Siempre hay una primera vez para todo. Y si son así de gratas siempre, agradeceré que vengan muchas más.


---
Oyendo: Linkin Park - Valentine's day

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un beso y una cachetada

El sábado pasado festejamos el cumpleaños de la hermana de Jacobo, uno de mis amigos más queridos. fue en un bar de Insurgentes y entre los invitados Jacobo llevó a un amigo del trabajo, que a su vez llevó a un amigo suyo. Este amigo del amigo de mi amigo (parece de comercial) me gustó un poco, pero al mismo tiempo (cosa rara) me parecía familiar, pero no sabía por qué. Ojos café claro profundo y penetrantes pero melancólicos, actitud misteriosa y muy reservada, nariz grande y boca de pato (de las que me gustan), manos grandes y protectoras...era, era... ...era muy parecido a Hugo, mi primer ex. Hugo, ése que hizo mutis por la izquierda de una forma rarísima y cruel para alguien que decía estar enamorado de mi. El cómo, cuando y dónde ya lo discutí en otra ocasión (creo) en Oishiisama y no vale la pena volverlo a hacer. Lo que sí es que en el bar, con éste chico al lado, después de una semana pesadita, una pelea con Carlos (si... otra ), "Te quedó grande la yegua", "An

Aja

No es bueno creer que ya te entendieron cuando te dicen "ajá". Ya me pasó dos veces. Una amiga se casa el 19 de este mes (próximo viernes). Cuando me lo dijo (hace como un mes), yo me la quise alburear y le dije " yo soy padrino de cojín, ¿sale? " (si no le entendieron, sigan leyendo). Ella, muy mona, sólo me dijo " ajá ", y yo creí que sólo me había dado el avión al comentario. Hace dos semanas, me habla ella y me dice: Amiga: Oye, ¿todavía estás en lo dicho de la fiesta? Yo: Claro, ya te dije que sí iba. Amiga: ¿Y de los cojines? Yo: ...? Amiga: Síii, me dijiste que querías ser padrino de cojines, ¿no? Yo (muerto de risa): Noooo, te dije que quería ser padrino de COJÍn. Amiga (histérica): ¡¡Eres un NACOOOOO!! Yo (todavía con risa): Pero no hay problema, ¿que tengo que comprar? Yo no sabía que tal cosa podía apadrinarse. Vaya, ni siquiera que existiera. Resulta que los dichosos "cojines" son las almohaditas que usan los novios en la cere

30 días, 30 juegos: Nivel 1 (Mi primer videojuego)

Buenas muchachos. Respondiendo al llamado de un amigo, este mes estaré publicando un post diario enlistando mis juegos. La mecánica es simple: Por cada categoría solo habrá un juego y no se vale repetir títulos. Simple pero no sencillo; escoger solo un título por categoría cuando un mismo juego cabe en dos (o tres o diez) tuvo su grado de complejidad, pero salimos bien librados. Si se quieren unir, el link a las bases y categorías es este . Empezamos.  --- No me pregunten como se compró o cuando, yo solo se que la primer memoria que tengo jugando algo en la tele es con un control remoto unido por un cable de teléfono a una caja café que hacía unos sonidos espantosos, extrañísimos, casi para dar terror, pero que se resolvían con bajarle el volumen a la tele. Sí amiguitos: Mi primer consola fue un Intellivision . Y de esa consola de última generación (a mitades de los 80) lo que me divertía enormemente era jugar con mi mamá. ¿Jugar con mi mamá a los 4-5 año