Los domingos siempre me han parecido un día de lo más raro. Es un día de descanso, sí, pero a veces me gustaría que tuvieran un poco más de acción.
Como los sábados siempre he tenido cosas que hacer (en algún momento el japonés o la escuela, y desde hace un rato la danza y/o las retas de videojuegos), se que es un día de descanso pero no pasa tan lento como un domingo.
Desde que tengo memoria, los domingos son el día que se me hace más lenta la vida. Empieza temprano, como a las 8 a.m. (nunca dormí mucho) y como a todos les encanta dormir, usualmente la calle está muy callada y mi casa empieza a tener vida por ahí de las 10:30. Yo puedo hacer varias cosas, que pueden ir desde tender mi cama (pues usualmente es el día que quito las sábanas y las vuelvo a poner completas), leer, ver mi correo, ver una película o jugar algo.
Cada quien desayuna a la hora que le da hambre, lo que hace también que las cosas se muevan al ritmo que cada quien decide. Mi hermano usualmente está con la novia los fines de semana, entonces para fines prácticos desaparece de escena desde muy temprano.
Cuando hacemos algo, mi papá y yo nos vamos como desde las 12, ya sea a comprar ropa o a ver algún lugar nuevo, pero no siempre (es decir, casi nunca) sucede eso. Otras veces vamos a visitar a la familia, pero no es tampoco una prioridad, lo hacemos a lo más una vez al mes. El día transcurre tan en paz como puede pasar a la mitad de mi colonia, que es casi casi un pueblito.
Callado como es, Coapa es un lugar de los que se ven poco en el D.F. Rodeado de árboles, a un lado del periférico, cruzado por un eje vial y cerquita del estadio Azteca es, como dije, tan callado como un pueblito, lo cual se agracede entre semana cuando uno viene harto del tráfico y la oficina, pero en fin de semana es demasiado tranquilo. Tan tranquilo, que uno que vive en tercer piso puede admirar sin problemas el atardecer desde la ventana prácticamente sin ruidos alrededor.
Lindo como se oye (lo es, no lo niego), la poca luz y las nubes color gris y naranja le dan a la tarde del domingo un aspecto muy melancólico, y teniendo en cuenta que básicamente no se hizo nada empieza a ser francamente triste. No triste en el aspecto negativo, más bien como en el de añoranza.
Y así corre la tarde-noche, jugando o viendo otra película o leyendo con música de fondo y un café al lado hasta que llega la hora de dormir, como 11:30, descansado y mentalizado a que el lunes el caos de la oficina, los clientes y las llamadas volverá.
Pero cuando menos, ya tuve una tarde de domingo para disfrutarme a mí mismo y dedicarme a mis pensamientos.
¿Y ustedes, qué hacen las tardes de domingo?
---
Oyendo: Nina - 99 lufballons
Como los sábados siempre he tenido cosas que hacer (en algún momento el japonés o la escuela, y desde hace un rato la danza y/o las retas de videojuegos), se que es un día de descanso pero no pasa tan lento como un domingo.
Desde que tengo memoria, los domingos son el día que se me hace más lenta la vida. Empieza temprano, como a las 8 a.m. (nunca dormí mucho) y como a todos les encanta dormir, usualmente la calle está muy callada y mi casa empieza a tener vida por ahí de las 10:30. Yo puedo hacer varias cosas, que pueden ir desde tender mi cama (pues usualmente es el día que quito las sábanas y las vuelvo a poner completas), leer, ver mi correo, ver una película o jugar algo.
Cada quien desayuna a la hora que le da hambre, lo que hace también que las cosas se muevan al ritmo que cada quien decide. Mi hermano usualmente está con la novia los fines de semana, entonces para fines prácticos desaparece de escena desde muy temprano.
Cuando hacemos algo, mi papá y yo nos vamos como desde las 12, ya sea a comprar ropa o a ver algún lugar nuevo, pero no siempre (es decir, casi nunca) sucede eso. Otras veces vamos a visitar a la familia, pero no es tampoco una prioridad, lo hacemos a lo más una vez al mes. El día transcurre tan en paz como puede pasar a la mitad de mi colonia, que es casi casi un pueblito.
Callado como es, Coapa es un lugar de los que se ven poco en el D.F. Rodeado de árboles, a un lado del periférico, cruzado por un eje vial y cerquita del estadio Azteca es, como dije, tan callado como un pueblito, lo cual se agracede entre semana cuando uno viene harto del tráfico y la oficina, pero en fin de semana es demasiado tranquilo. Tan tranquilo, que uno que vive en tercer piso puede admirar sin problemas el atardecer desde la ventana prácticamente sin ruidos alrededor.
Lindo como se oye (lo es, no lo niego), la poca luz y las nubes color gris y naranja le dan a la tarde del domingo un aspecto muy melancólico, y teniendo en cuenta que básicamente no se hizo nada empieza a ser francamente triste. No triste en el aspecto negativo, más bien como en el de añoranza.
Y así corre la tarde-noche, jugando o viendo otra película o leyendo con música de fondo y un café al lado hasta que llega la hora de dormir, como 11:30, descansado y mentalizado a que el lunes el caos de la oficina, los clientes y las llamadas volverá.
Pero cuando menos, ya tuve una tarde de domingo para disfrutarme a mí mismo y dedicarme a mis pensamientos.
¿Y ustedes, qué hacen las tardes de domingo?
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Oyendo: Nina - 99 lufballons
Comentarios
Si me quedo, generalmente es para levantarme MUY tarde (no necesariamente porque me haya desvelado, sino porque es el único día de la semana en que no tengo que levantarme temprano), desayunar y quedarme en mi casa viendo TV o películas, o jugando videojuegos.
Si me voy, el domingo me levanto relativamente temprano, porque hay que abrir el puesto de periódicos de mis papás; después de que se acomoda el periódico del día, desayunamos y ahí me quedo toda la mañana, leyendo lo que pueda, o jugando con el DS o en la lap.
En ambos casos (ya sea que me quede o haya regresado de la otra ciudad), en la tarde a menudo voy a misa con mi pareja y luego a pasear o a algún centro comercial a comprar despensa o simplemente chacharear... y ya en la noche hay que descansar para el lunes.
Nada fuera de lo normal, ¿cierto?
Despues me fui a dar una vuelta por el zoológico de Chapultepec... ya me habia olvidado porque es odiaba tanto ese lugar: gente y gente por todos lados, niños gritando, llorando, gente amontonada esperando a ver los pandas, mucho sol... aggggg entonces reafirme mi convicción de jamás tener hijos y recorde que es muy mala idea ir en domingo al zoológico
No termino de definir bien a que me saben los domingos, no se si me gustan o me disgustan pero en definitiva tienen una atmosfera diferente al resto de los dias, la rodada no se siente igual y a veces el sol me hace enojar, no se por que los domingos son soleados por lo general, alguien mas se ha percatado de ello?, el desayuno es un poco dificil de elegir, cambiarle a veces resulta un esfuerzo inutil salvo cuando aparece daria en la programacion y sientes q todo va lento (como nos describe el redactor del blog), sin embargo no sabes q es mas tenebroso, si la llegada del lunes o que el domingo "itself", yo elegiria que me regresaran a la tarde del viernes, donde esta el boton del rewind? sin embargo despues de todas mis maldiciones anteriores hay cosas q saben bien como las 18:45 hrs., no hay colores como los de esa hora, los discos viejos, platicar con alguien de tu casa que no viste toda la semana, recibir llamadas inesperadas (he tenido esta sorpresa los ultimos dos domingos), limpiar ese cajon de tu recamara que siempre esta en desorden y siempre sale alguna sorpresa o cosas q te reusas a tirar a la basura por inservibles que parezcan, armar un rompecabezas, ver fotos durante horas, ver una de esas peliculas que ya has visto muchas veces pero que son de tus favoritas y no te aburren nunca...No se... tengo problemas con los domingos desde pibe, como que los quiero mucho apesar de que broten cosas o frecuenten soledades.
Al leer su linea "la vista desde en tercer piso" me dieron ganas de compartirle la mia, dos pisos mas arriba y en otro lado de la ciudad: http://www.flickr.com/photos/of-st
ories-places-and-songs/3085324052/ y una cancion que puede guardar para algun domingo (no haga trampa y le ponga play cualquier otro dia) http://www.youtube.com/watch?v=wQlOlptCef8 Mi parte favorita de este post fue la palabra añoranza.
Chouch.
Suelo levantarme como a las 11, y eso si no hice algo la noche anterior. Luego depende de lo que tenga que hacer. Las cosas pueden variar mucho, los únicos 2 casos +/- frecuentes son:
1- Que no tenga planes y me quede en casa a hacer talacha doméstica, y termine viendo el maraton de La ley y el orden en lo que finjo hacer cosas.
En este caso, en algún punto emprenderé por un rato mis eternas cruzadas de a)Organizar mi cuarto, y b) Organizar mi compu.
2- Que haga la visita mensual a mi abuela paterna. Ella es buena onda y cocina delicioso, la adoro! Pero solo la visito 1 vez x mes xq es ir todo el día! Asi siento que ni domingo tuve!
Los demás días pueden variar si alguien me invita a algún lado. Para este domingo estoy feliz xq se me va a hacer ir a ver Mentiras otra vez!! SIII!!! Allá voy Daniela!!!