Desde que me dijeron que tenía que ver con la mitología japonesa, tan simbólica, me dio curiosidad. Cuando supe que era en cel-shade, me emocioné mucho. Cuando me dijeron que estaba buenísimo, corrí a comprarlo.
Y la verdad es que ni necesité leer reseñas. El/la protagonista es muy carismático a pesar de no decir nada más que ladridos (pero da mucha ternura verlo bostezar), la historia que atrapa, los cinemas grandiosos y la estética como de un rollo de Sumi-e continuo bien complementado de CINCO discos de un maravilloso soundtrack. Armas, gags, competencias, sidequests, replay value... todo está ahí, bien hechecito.
Pero lo más sorprendente es la manera en que acomodaron las leyendas japonesas para que formaran un continuo de la misma historia: Amaterasu, Urashima Tarou, Orochi y Susano-wo, los doce animales del zodiaco, Izanagi e Izanami, los Hakkenshi (ocho guerreros caninos). Mas aún, todos sirven a una historia más grande en la que todos tienen que ver, de una manera u otra. Eso de darle un toque pop a la mitología, darle un twist a las leyendas para que quepan en el mismo jarrito y además no morir en el intento es de esas cosas que se aplauden de pie. Y es bien divertido.
Entonces, gamers y geekettes, acabamos por concluir que el juego que más me ha sorprendido es Ôkami para Playstation 2.
¿Y como no, con maravillosas escenas de batalla como esta?
(La canción en 1:48 se llama "Twin devils Moshirechik and Kotanechik", en caso de que quieran)
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