La entrada del día de hoy, damas y caballeros, tiene que ver más con las propias habilidades que con el juego en sí.
Verán, yo soy bastante bruto para los movimientos rápidos de cámara. Y más si los tengo que controlar yo, además de ponerle atención a otras tantas cosas como el enemigo, el mapa o disparar. Mi cerebrito puede procesar las siguientes tres tiradas de un RPG, pero nomás no puede jugar un FPS. En lo que ajusto la cámara, saco el arma (o le cambio el cartucho), identifico al más cercano... ya me mataron tres veces.
Así que trato de evitar el género. Pero para tener un culpable a quien decirle que es mi juego más odiado les propongo este, que tuve que jugar en campaña un día que no podíamos hacer otra cosa (y por supuesto perdí todas las veces):
Sí chiquitines, Halo para Xbox nos sirve de chivo expiatorio en esta ocasión. Ni modo, no es monedita de oro.
Último nivel: Mi juego favorito
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