Pasa que cuando uno está de viaje en un lugar al que normalmente no va, todo mundo tiene una ( o dos o veinte ) peticiones que hacer. Entonces, al momento llevo, además de mi ropa, dos playeras, un control remoto, un celular, una funda de celular, unos audífonos y dos lápices labiales . Sí, oyó usted bien, dos lipsticks . No está mal que le pidan cosas a la gente que viaja (yo mismo lo he hecho algunas veces), pero hacerlo a la mitad de un viaje de trabajo pidiendo cosas MUY específicas es una mentada de madre. La historia es como sigue: cierta persona que conozco creyó que era una buena idea que pagara un taxi de ida y uno de regreso a una tienda a media hora de mi hotel para conseguir unos lipsticks para su novia. Pero además la señorita ( la novia ), que es de gustos refinados, quería alguna de dos marcas muy nice o nada, y dentro de esas dos marcas había dos tonos que le hacían ojitos. Todo lo cual, claro, pedido con un "pero solo si puedes" al mejor estilo del Gato c
Vida, obra y milagros del hijo pródigo de Coapa.