Un poco de contexto: El viernes pasado fue el cumpleaños de un chico que trabaja con nosotros, y para celebrarlo fuimos a comer a un restaurante lejos de la oficina, de modo que me fui con la jefa en su coche. Pero con la lluvia inmensa que cayó ese viernes, a la hora de bajarnos corriendo dejé en el coche el morralito que siempre cargo más preocupado por no mojarme que por llevarme mis cosas que, finalmente, estaban a buen resguardo. Llegamos, platicamos, comimos, cheleamos, y jugamos dominó y Jenga como los profesionales. Vaya, tan bueno estaba el ambiente, que cuando la jefa se tuvo que ir temprano y yo estaba ingeniándomelas para que el de mi derecha sacara su ficha y no cerrara el juego, lo único que se me ocurrió decir es " el lunes me las llevas, por favor ". Aquí es cuando empieza el post de a devis. Ya que nos despedimos (después de algunas chelas más), me quiero poner los audífonos para el viaje de regreso a mi casa y entonces me cae el 20: El reproductor se quedó ...
Vida, obra y milagros del hijo pródigo de Coapa.