Este año estuvo como para borrarlo de los anales de la historia. Pero justo ahora que se está terminando se puso peor de lo que yo mismo hubiera pensado. Empecemos por el principio... -Viernes- El proyecto donde estoy va mal. Mal mal mal . No hay organización, el arquitecto nos trata con infinito desprecio, y nuestro líder de equipo brilla por su ausencia. Eso (y que es diciembre y estoy lejos de casa para no volver), aunque no es justificación, ha hecho que esté especialmente sensible y, pobre del novio, lo he recargado todo con él. Sabemos que vivir con alguien que no sea tu familia (y a veces con ellos) es difícil: hay que poner de acuerdo varias voluntades, a veces opuestas, para llegar a un punto en común. La cosa es que yo no había estado dispuesto a hacer eso, y hasta había estado MUY molesto cuando el pobrecito quería hacer algo por mí. Esto llegó a su límite cuando en un intento de no perder la cordura decidió ignorarme mientras me deshacía la cabeza con preocupacion...
Vida, obra y milagros del hijo pródigo de Coapa.