¿Qué esperaban, un juego de peleas, el lugar común? ¡Pues nooo!
Mario Kart para cualquier consola de Nintendo desde el SNES es siempre más divertido. Claro que tiene un muy competente modo de un jugador, pero el verdadero chiste de estos juegos es aventarle conchas al amigo, dejarle cáscaras discretamente en el suelo para que las pise y se salga del camino, ver una recta y usar un hongo (o tres) para dejarlo mordiendo polvo, o usar una estrella en el momento adecuado para que lo que él nos quiera hacer se inutilice (aka se la pellizque). Así como la vida misma.
Y ni qué decir cuando se juega en los escenarios de batalla de a cuatro personas. Bacanales de sonrisas (y de mentadas) han salido de esos juegos donde te truenan los globitos o un choque te quita todas las monedas.
Insisto, como la vida misma.
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