Hace muchos muchos años, para arrancar el sistema operativo de una computadora tenías que ordenárselo desde DOS, como el resto de los programas. Lo mismo pasaba con los juegos.
Los juegos, claro, no se bajaban de la nube, ni te los pasabas por USB. Cabían en un diskette, del que se podían sacar copias y copias y más copias. Así llegó a mí Commander Keen: Goodbye galaxy para PC (interesantemente, desarrollado por id Software, que luego hizo los Quake).
Es un juego de plataformas que jugábamos todos en la secundaria con nuestros monitores monocromáticos. Los que ya pintaban para gamers pasaban los niveles como de rayo; a uno le costaba un poco más de trabajo pero era de verdad divertido ver al monito saltar en su pogo para evitar aliens chistosos.
El diskette se perdió en las arenas de los tiempos. Dicen que hay reediciones modernas del juego, pero no se si ahora disfrutaría tanto jugarlo como cuando tenía 12 o 13.
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