Lo probé todo. Gané y perdí en boliches de ocho bits, hice brincar a Mario, le hice ganar juicios a Phoenix, maté virus con pastillas, acompañé a cuatro tortugas en el tiempo, me subí a mechas para derrotar dioses, interrogué divas de los 40s, mis Megabusters trajeron la paz varias veces, maté a Rugal (al décimotercer intento), no encontré a la Sandiego pero sí a Mario, guié a Link en trenes y barcos, vi todas las transformaciones de Kirby, crucé la imposiblemente larga costa de Phon, y grité FUS-RO-DAH desde lo alto de la garganta del mundo.
Y aún no llega quien quite a Chrono Trigger de Súper Nintendo como mi juego favorito en la vida. Ahí viejito y usando el mode-7 como lo ven, todavía escucho y veo esto y se me pone la piel chinita. A veces lloro. Siempre me enojo cuando S-E evade las preguntas de una secuela.
Hay juegos que nacieron para ser grandes.
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