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Mostrando las entradas de octubre, 2009

La gata voladora

~Prólogo~ Desde que nos cambiamos a donde vivimos ahora, mi gata no había salido de la casa por que todavía no se había acostumbrado al cambio. Pero un martes que llegué de trabajar, hace ya como un mes, algo le llamó la atención de afuera y tan pronto abrí la puerta se salió. Digo, es bueno, así checaba el nuevo edificio, a los “ chicos de la cuadra ” y reconocía su nuevo territorio. Siendo francos, no nos acordamos que la gata estaba fuera (siempre había estado adentro desde que llegamos, repito) y nos fuimos a acostar. A la mañana siguiente cuando no vimos a la bola de pelos nos cayó el veinte, pero como no era raro que la gata durara la noche fuera no le dimos importancia. Pero en la noche que llegué pasó algo raro: Un gato negro que ya habíamos visto estaba en la puerta de la casa, y más que querer entrar o querer comida, me maullaba y se me quedaba viendo. En ese entonces pensé que sólo me quería hacer enojar, pero ahora creo que me estaba tratando de llamar la atención. Como sea