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La oficina donde estoy simplemente no me gusta. El edificio y la empresa en sí me desesperan.
Resulta que es un edificio que tiene elevadores “inteligentes” que no tienen botones dentro del cubo para poder indicar el piso al que hay que ir, si no que funcionan a través de un tablero que está fuera de los elevadores que asigna cuál de ellos te lleva a tu destino. Pero esta programación dinámica es desesperante, pues por un elevador que sube al piso 16 –donde estamos nosotros- en unos 10 segundos puedes esperar 5 minutos, aún cuando el elevador de al lado está programado para ir a los pisos 15 y 17 pero no puede hacer una escala en medio por sus pistolas y debes quedarte ahí.
Ya una vez en el piso 16, la cosa no mejora mucho. El piso es bonito, amplio, alfombrado, de paredes blancas y luces indirectas –como dicta la última moda- pero de mobiliario escaso y hasta parco. Por ejemplo, ya nadie tiene PC’s de escritorio, todos trabajan con laptops que guardan en sus cajones, lo que hace ver los escritorios demasiado… simples. Tan poco es el mobiliario que nos tuvieron que autorizar unas mesas, sillas y nodos de red adicionales para poder trabajar los 12 consultores externos que estamos aquí. Y nos las pusieron, pero a la vista de todo mundo y pegadas a la ventana, haciéndonos sentir arrimados.
La red está muy restringida (no hay ningún chat, los peer to peer mandan una alerta a Sistemas y bloquean la red, no se puede acceder a ninguna página con PHP) y la estación de café tiene… sólo café y agua. No puedes comer en tu lugar y tienes que subir por fuerza al comedor y si vas fuera del horario de comida tienes que comer en unas mesas periqueras SIN SILLA (para no hacer sobremesa y no tardarte mucho).
Por eso prefiero el edificio de mi empresa (con elevadores normales) y trabajo más a gusto allá, donde también hay alfombra y en cada sala de juntas hay una jarra de agua, otra de café, no pasa nada si te llevas unas barritas a tu lugar como tentempié, y la red está libre de candados.
Peeero…
--2--
Ni modo, no quería pero ya ha pasado: varias veces en el mes me he quedado en la oficina hasta más allá de la medianoche. Lo curioso es que pensaba que mi equipo podría ser el único en todo el edificio que estuviera todavía pegado a sus computadoras, pero pronto resulté estar contundentemente equivocado: todavía a esas horas hay mucho movimiento y algún día me atrevo a decir que más de la mitad del piso seguía trabajando como si fueran las 3 de la tarde, pero con dos salvedades: Estaba oscuro allá afuera, y no sonaban los teléfonos. Pero además de eso, nadie parecía darse cuenta que en esos momentos bien podrían estar cenando, viendo su serie favorita o durmiendo: Los chicos con corbatas, las chavas de pierna cruzada, la música sonando (bajita), todos con cara de concentrados en sus computadoras y algunos incluso se convocaban a junta. Uno de los grandes de los grandes de la empresa, cuya oficina está cerca de la sala que normalmente apartamos para trabajar, estaba de negocios por teléfono con alguien a plenas 11 de la noche, y no se veía dispuesto a irse pronto. Incluso, un día que se me olvidó sacar el coche del estacionamiento y me tuve que ir en un taxi seguro a mi casa, platicando con el taxista (nada raro en mí) salió al tema que ellos han recogido gente todavía ¡hasta las 4 de la mañana! Qué terrible es tener trabajo atrasado que hacer.
Sólo de pensar que ser socio en la empresa significa que me quedaré hasta muy tarde diario haciendo juntas y sin poder disfrutar una tarde entre semana (o de perdida, de la luz del sol) se me quitan las ganas de seguir trabajando para una empresota.
Sin embargo…
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La parte oscura del asunto es que a pesar de que he repetido hasta el cansancio que el que ahora me está coordinando (no Jorge el que mencioné en lo de Guadalajara, sino un chico nuevo al que la prisa no le corre en las venas) tiene la muy espantosa costumbre de pasarme a las 6:30 de la tarde demasiados pendientes que urgían para antier, no me dejan irme a acabar a mi casa a terminarlos y debo quedarme en la oficina, aunque Liz sepa que si me comprometo a terminar el trabajo lo hago.
A ellos parece que les encanta quedarse en la oficina hasta muy tarde y me ven con malos ojos cuando digo que yo prefiero terminar a las 2 de la mañana en mi casa que en la oficina. Les atrae más la idea de quedarse después del horario pero no llevarse trabajo a casa que salir a las 8:30 en punto y conectarse en casa (en pijama y con la cena al lado) para hacer una sesión de Messenger y que cada quien se desconecte conforme vaya terminando el trabajo.
Nótese como no estoy diciendo que me voy a ir a dormir, sino que voy a ir a mi casa a trabajar. Pero simplemente no es la idea que más eco hace.
Y es por eso que no he posteado. Cuando más temprano he salido es a las 9:40pm (cuanto más tarde, las 2:40 de la madrugada) entre semana y las 5 en viernes; de modo que ciertamente no me dan ganas ni siquiera de voltear a ver la computadora en el, uh, resto del día (Es eso, o dormir).
Ni he leído, ni he jugado, ni he dibujado, ni he visto a muchas otras personas que no sean las del proyecto…sólo casa-oficina-casa.
Extraño mi vida.
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Oyendo: Kings of Leon - Knocked up
Comentarios
Piensa que estas aprendiendo y que cuando te toque dirigir un proyecto podràs hacer las cosas de diferente forma.
Ademàs, a los de sistemas les pueden llegar a pagar muuuuuuuuuuuy bien, y hay mucho trabajo! Y como cada vez dependemos màs de los sistemas, no parece que vaya a bajar la demanda.
Osea, eres lo de hoy!
E igual, la gente en las demàs profesiones tambièn se queda tarde! Quizas no taan tarde y a lo mejor un poquito menos frecuentemente, pero lo hacen! La gran diferencia es que en sistemas suele ser mejor reconocido.
En todos lados se pica piedra al principio. Estoy seguro que esto no durarà mucho, no te preocupes.
Y yo te quiero mucho!!!!!!
Eso tiene que hacerte sentir mejor! Mira que no todos tienen el honor.