Verán: Parece mentira, pero las secuelas de la mudanza todavía se sienten por aquí.
No parece, pero cuando uno vive en una casa toda la vida y sin poner un peso las cosas son muy relajadas. Ahora que nos toca a los tres entrarle a partes iguales, uno entiende la angustia de los papás por no dejar que las cosas se lastimen o se descompongan.
Gastamos una muy buena lana en la mudanza y lo que vino con ella: Un monitor nuevo, un dvd nuevo, cortinas, focos, una recámara, colchón y sábanas, reinstalación de servicios, cosas del baño, sacar, clasificar y tirar basura, regalar libros... en fin, varias cosas. Pero todavía no acabamos: todavía hacen falta las persianas (tenemos unas cortinas hechizas por mientras), la compostura de un estéreo, una resanada, cambiar un vidrio, y otros asuntos que requieren de dinero.
Por cierto que lo de los vidrios está bueno. La historia es la que sigue:
Mi papá dormía en la sala, junto con la gata, en una tarde de lluvia. Dos de las ventanas, las del fondo del edificio (a la postre, la de él y la mía), estaban abiertas, pero él no lo sabía. De repente, ¡BROOOOOM!, cae un rayo en un árbol a un lado del edificio, que lo cimbra completo. El árbol se cuartea, se cae, y... se lleva las dos ventanas, las únicas abiertas en todo el edificio.
Ambos, desde luego, despiertan completamente sobresaltados pero todavía no entienden lo que pasa. Hasta que se oye cómo cae la lluvia se dan cuenta que ya no teníamos ventanas y de que teníamos que hacer algo para taparlas en lo que se le ponía un vidrio nuevo a la de él y se ponía una ventana nueva en mi cuarto, pues ni el marco de metal sobrevivió. Eso ya quedó, pero ahora falta poner otro vidrio de la ventana de mi papá que se cuarteó completo.
También resultó que un amigo para variar infectó su computadora de virus no una, sino tres veces seguidas, y la misma cantidad de veces tuve que formatear su computadora. La última vez se echó la Master Boot Record (para los que entiendan qué es eso) y, como suele suceder en estos casos, "él no hizo nada". El reto era recuperar los datos, pues ahí tenía todo su proyecto de tesis. Fueron tres fines de semana intensos, donde ya tenía de cliente a su compu junto de la mía.
Por último, debo decirles que bailé con una amiga para su fin de cursos. Mi amiga, expliquémosle al respetable, es la directora de una secundaria, y su maestra de danza. Ya tengo algunos años ayudándole a bailar con ella para que sus alumn@s se alcancen a cambiar, y ésta vez no fue la excepción, sólo que ahora al salir (caliente, sudando) me agarró una lluvia torrencial y creo que me afectó de nuevo a la garganta, que ahora mismo la traigo irritada. Si me pasan las fotos del baile, las publico aquí mismo.
¿A qué vino todo este choro? Pues, estimado, estimadísimo auditorio de diez personas, nada más y nada menos que a decirles que por eso no he posteado, por que he estado con la cabeza en otras muchas varias cosas y la inspiración no había llegado. Pero ya estamos de regreso y con una historia divertida por contar, además de publicar las fotos de la mudanza.
Pero eso será en otra ocasión, que ahora son las 2 de la mañana y me muero de sueño.
No estaba muerto, andaba... pues... básicamente en chinga.
Seguimos por acá.
---
Oyendo: Los gavilanes de Palapo - La media calandria
No parece, pero cuando uno vive en una casa toda la vida y sin poner un peso las cosas son muy relajadas. Ahora que nos toca a los tres entrarle a partes iguales, uno entiende la angustia de los papás por no dejar que las cosas se lastimen o se descompongan.
Gastamos una muy buena lana en la mudanza y lo que vino con ella: Un monitor nuevo, un dvd nuevo, cortinas, focos, una recámara, colchón y sábanas, reinstalación de servicios, cosas del baño, sacar, clasificar y tirar basura, regalar libros... en fin, varias cosas. Pero todavía no acabamos: todavía hacen falta las persianas (tenemos unas cortinas hechizas por mientras), la compostura de un estéreo, una resanada, cambiar un vidrio, y otros asuntos que requieren de dinero.
Por cierto que lo de los vidrios está bueno. La historia es la que sigue:
Mi papá dormía en la sala, junto con la gata, en una tarde de lluvia. Dos de las ventanas, las del fondo del edificio (a la postre, la de él y la mía), estaban abiertas, pero él no lo sabía. De repente, ¡BROOOOOM!, cae un rayo en un árbol a un lado del edificio, que lo cimbra completo. El árbol se cuartea, se cae, y... se lleva las dos ventanas, las únicas abiertas en todo el edificio.
Ambos, desde luego, despiertan completamente sobresaltados pero todavía no entienden lo que pasa. Hasta que se oye cómo cae la lluvia se dan cuenta que ya no teníamos ventanas y de que teníamos que hacer algo para taparlas en lo que se le ponía un vidrio nuevo a la de él y se ponía una ventana nueva en mi cuarto, pues ni el marco de metal sobrevivió. Eso ya quedó, pero ahora falta poner otro vidrio de la ventana de mi papá que se cuarteó completo.
También resultó que un amigo para variar infectó su computadora de virus no una, sino tres veces seguidas, y la misma cantidad de veces tuve que formatear su computadora. La última vez se echó la Master Boot Record (para los que entiendan qué es eso) y, como suele suceder en estos casos, "él no hizo nada". El reto era recuperar los datos, pues ahí tenía todo su proyecto de tesis. Fueron tres fines de semana intensos, donde ya tenía de cliente a su compu junto de la mía.
Por último, debo decirles que bailé con una amiga para su fin de cursos. Mi amiga, expliquémosle al respetable, es la directora de una secundaria, y su maestra de danza. Ya tengo algunos años ayudándole a bailar con ella para que sus alumn@s se alcancen a cambiar, y ésta vez no fue la excepción, sólo que ahora al salir (caliente, sudando) me agarró una lluvia torrencial y creo que me afectó de nuevo a la garganta, que ahora mismo la traigo irritada. Si me pasan las fotos del baile, las publico aquí mismo.
¿A qué vino todo este choro? Pues, estimado, estimadísimo auditorio de diez personas, nada más y nada menos que a decirles que por eso no he posteado, por que he estado con la cabeza en otras muchas varias cosas y la inspiración no había llegado. Pero ya estamos de regreso y con una historia divertida por contar, además de publicar las fotos de la mudanza.
Pero eso será en otra ocasión, que ahora son las 2 de la mañana y me muero de sueño.
No estaba muerto, andaba... pues... básicamente en chinga.
Seguimos por acá.
---
Oyendo: Los gavilanes de Palapo - La media calandria
Comentarios
JL.
que no le pasa a tu padre? xD
De los virus... caray, ¿qué te puedo decir? Eso es de todos los días, y me encanta cuando los usuarios "no hacen nada", ja, ja, ja...
Por tus demás actividades, pues ni modo, hay épocas así; lo bueno es que no son para siempre y finalmente no queda mas que echarle ganas.
Gusto en verte por aquí nuevamente. Ojalá un día te des una vuelta por el blog.