Todo empezó cuando iba caminando por la sección de electrónicos de un Palacio de Hierro, entre las pantallas y los reproductores, con el Nokia gris plateando que me acababa de comprar hacía minutos. Iba yo muy contento cuando vi venir en mi dirección a un chico con gorra y chamarra verde militar, con una pistola en la mano, y un fajo importante de billetes en la otra: supe de alguna manera que acababa de robar un banco.
En un acto rápido del pensamiento, aventé mi nuevo celular a la base de una de las pantallas que estaban exhibidas y saqué la cartera para que el chico no fuera a desviar la atención. Tan pronto como me lo topé, efectivamente me amenazó con el arma para quitarme la cartera, y mientras me hablaba vi como detrás de el venían sigilosamente tres policías también desenfundando y uno de ellos me hizo la seña de guardar silencio. Yo estaba muy tenso (vaya, me estaban asaltando) pero decidí jugármela: empecé a llorarle (sí, llorarle) al chico que no me asaltara, que me dejara la cartera, que no fuera mala onda. Y el instante preciso en que me ignora y me la arrebata, un poli le salta encima por detrás y los otros dos lo agarran de los brazos mientras salen volando billetes, cartera, gorra y pistola. En la confusión me hago para atrás y estoy a punto de correr, pero como el chico es bastante fuerte y forcejeando está a punto de ganarle a los polis pienso rápido y pateo la pistola, por si las moscas. El chico se desespera y la misma desesperación lo lleva a ser más errático y los polis, más organizados y más en número, finalmente empiezan a amagarlo hasta que lo esposan y se lo llevan, el muchacho con los ojos como demonio. Por alguna razón los policías no recogen el dinero ni la fusca, pero no importa: mi cartera está intacta.
La recojo del suelo y me la guardo, y ya más tranquilo voy a buscar mi celular para irme rapidito... pero no lo encuentro. Lo busco atrás de la pantalla, en el suelo, en el mueble, en los alrededores, pero no lo encuentro. Y justo cuando le voy a pegar a la pantalla de la impotencia... suena el despertador.
Son las 6:40 de la mañana y nadie me asaltó, ni se me perdió el celular nuevo. Estoy tranquilo en mi camita con mucho frío pero la mala noticia es que tampoco me compré un cel. Vaya cosa.
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Oyendo: Bengala - Miente
En un acto rápido del pensamiento, aventé mi nuevo celular a la base de una de las pantallas que estaban exhibidas y saqué la cartera para que el chico no fuera a desviar la atención. Tan pronto como me lo topé, efectivamente me amenazó con el arma para quitarme la cartera, y mientras me hablaba vi como detrás de el venían sigilosamente tres policías también desenfundando y uno de ellos me hizo la seña de guardar silencio. Yo estaba muy tenso (vaya, me estaban asaltando) pero decidí jugármela: empecé a llorarle (sí, llorarle) al chico que no me asaltara, que me dejara la cartera, que no fuera mala onda. Y el instante preciso en que me ignora y me la arrebata, un poli le salta encima por detrás y los otros dos lo agarran de los brazos mientras salen volando billetes, cartera, gorra y pistola. En la confusión me hago para atrás y estoy a punto de correr, pero como el chico es bastante fuerte y forcejeando está a punto de ganarle a los polis pienso rápido y pateo la pistola, por si las moscas. El chico se desespera y la misma desesperación lo lleva a ser más errático y los polis, más organizados y más en número, finalmente empiezan a amagarlo hasta que lo esposan y se lo llevan, el muchacho con los ojos como demonio. Por alguna razón los policías no recogen el dinero ni la fusca, pero no importa: mi cartera está intacta.
La recojo del suelo y me la guardo, y ya más tranquilo voy a buscar mi celular para irme rapidito... pero no lo encuentro. Lo busco atrás de la pantalla, en el suelo, en el mueble, en los alrededores, pero no lo encuentro. Y justo cuando le voy a pegar a la pantalla de la impotencia... suena el despertador.
Son las 6:40 de la mañana y nadie me asaltó, ni se me perdió el celular nuevo. Estoy tranquilo en mi camita con mucho frío pero la mala noticia es que tampoco me compré un cel. Vaya cosa.
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Oyendo: Bengala - Miente
Comentarios
es broma, pero tu sueño está muy verífico... te juro que me lo imaginé y dije: "pobre pantalla, lo que hubiera sufrido" (^_^)
me preguntaba ... porqué no tomó la pistola??
por qué el sujeto que lo asaltaba tenía facha militar dada la descripción...???
por qué le lloró??? jajajaj tres cosas reflejan el sueño:
1.- Tu inconsciente que aclama por un tipo así !!!^^
2.- tu vulnerabilidad!!! ante una situación de ese tipo. Y
3.- de acuerdo a mi librito de los sueños.... jeje augurio de mucho éxito en los negocios!!!